Las parejas que se casan en la actualidad buscan mucho más que una estética bonita para su gran día. Tal como recoge la revista VOGUE España, el futuro de las bodas no solo será una decoración que hable de gustos, sino también demuestren valores. La elegancia y la sofisticación continuarán estando, pero ahora se mezclan con la sostenibilidad, la naturaleza y la autenticidad.

Uno de los cambios más destacados es el uso de materiales ecológicos y reciclables, como la madera natural, el vidrio y otros elementos reutilizables. El objetivo es reducir al máximo la presencia de plásticos y materiales desechables, y dar a decoraciones menos artificiales, más respetuosas con el medio ambiente, y que aporten una sensación de calidez y conexión con el entorno.                                                                                                                                                                                                

Este enfoque también pasa con la elige de espacios. Las parejas cada vez prefieren entornos al aire libre o localizaciones con conciencia ambiental: fincas con buenas prácticas sostenibles, jardines, masías restauradas o espacios que integren la natura como parte esencial del escenario. Estos lugares no solo reducen la necesidad de grandes montajes, sino que refuerzan la experiencia de un casamiento íntimo, acogedor y conectado con el paisaje. En cuanto a las flores y las plantas, se  deja atrás el exceso y se busca una estética menos estructurada. Se valora el uso de la flor de temporada, variedades locales e incluso flores secas, consiguiendo de este modo que o frezcan un encanto rústico y una vida útil más larga. Esto permite reducir el impacto ambiental derivado del transporte y la conservación de flores exóticas.

En los colores dominan los tonos neutros y colores como el beige, los blancos rotos, los verdes oliva y los ocres entre otro. Con estos colores buscan crear ambientes serenos y tranquilos, alejados de las modas pasajeras.

En conjunto ganan los estilos rústicos, vintage y minimalistas, puesto que encajan de forma natural con la sostenibilidad. Se reutilizan objetos antiguos y se dan segundas vidas a piezas decorativas, de este modo se reduce la necesidad de comprar o producir elementos nuevos. Es decir, las decoraciones que se estilan en las bodas de hoy en día tienen una voluntad clara: celebrar el amor con coherencia, estilo y responsabilidad.